Volvi a encontrarme con 20 horas de material doméstico que mis padres filmaron con paciencia y entusiasmo desde 1991 al 2011. Y esta vez ese archivo me pareció revelador. Me descubrí expresándome a través de la danza a lo largo de los años, como parte del juego, de la libertad, del histrionismo, como terapia, espacio para esas células que gozan de energía vibrante.
El Baile hace que fluya y dejemos de luchar. Conecta con lo que fuimos. Nos regresa al núcleo.
El proyecto pretende ser un acercamiento a reflexionar sobre esta forma de conexión y una invitación para todos aquellos que se animen a hacerlo. Para quienes la danza es parte de su vida y para los que se recuerdan bailando de niños pero no sabrían cómo hacerlo de adultos.
- Recuperemos ese material en el que alguien nos registró bailando de niños, espontáneos, despreocupados.
- Bailemos con ojos y sensibilidad de adultos.
- Exploremos y reflexionemos sobre lo que nos pasa cuando bailamos.